sábado, 2 de julio de 2011

Día común y Corrientes.

Creo que fué el lunes. Viste esos días en los que tenés que hacer una pila de cosas y no sabés por donde mierda arrancar, y las ganas no aparecen... ya desde la mañana, cuando tenés que estirar el brazo para untar el queso en la tostada, todavía en un estado de trance post-desgarre de la almohada. Lo querés levantar y se cae flácido arriba de la mesa. Cuestión, te acelerás para hacer todo de un saque, violento, a ver si te despavilas un poco. Y como ser torpe es una de las cualidades que más me caracteriza, los 10 minutos que tengo para saltar de la cama, cambiarme, desayunar y lavarme los dientes, fueron destinados al simple hecho de refregar la ropa del cole con un cepillito para ropa y sacarme el café que me tiré encima. Y bueno, vas al colegio. La vida social ahí está en decadencia, pero mal que mal, con algúnos cruzas palabra. Dormí una siestonga, pero entre el olor a pedo condenzado del aula, fresquete de la ola polar, no fué muy reparadora. Y bueh, las 5 horas más largas del día llegan a su fin. Salgo corriendo para alcanzar el fucking tren que pasa a las 13:06 religiosamente... pero ese día se le ocurre pasar 13:04. Lo miro con ojitos consternados irse desde el puentesito precario de la estación de caseros. y bueh, espero al que sigue. De todas las maneras que tengo de perder el tiempo, la que más me emputece es esperar a que pase el tren. No sé que hacer! buscar el libro en mi mochila es un viaje de ida. así que aprovecho esos minutos eternos para ir contando la cantidad de palomas que hay en el andén, o a veces la flasho que soy cal lightman y que puedo leerle las expresiones a la gente. Todos la misma cara de orto, todos re podridos de ese tren, del laburo, la facu, de sus vidas. Subimos cual ganado todos juntos a esa cafetera y nos vamos. Caseros, Santos Lugares, Saenz Peña, Devoto, Villa del parque, La Paternal, Chacarita. Cito a la última como la estación con más olor a meo de borracho de todas. bueh. Todos marchan como en una procesión a meterse al embudo de la boca de subte, a presión. Está el pendejo que me viene empujando de atras, que me genera ciertas puteadas que se me van acumulando en la garganta, y la vieja de mierda que va a dos por hora, adelante, que termina de avivarme ese instinto asesino. pero bueh, en dorrego casi nunca "cobran el peaje" porque el tipo es macanudo, y eso me hace volver a mi psiquis. Dorrego, Malabia - O. Pugliese, A. gallardo, Medrano, Carlos Gardel. Escalera mecánica. Siempre me queda un culo gordo amenazante a la altura de los ojos. Y tampoco es que podés retroceder, porque ya tenés a otro que se te encajó ahí, petrificado, atras. Derecha, derecha, escalera normal. Superficie. Es agradable sentir de nuevo el aire porteño libre de olores flatulentos y transpiraciones ajenas. Solo contaminación. pasas la casa de lencería erótica, pasas el prostíbulo, el bazar chino y la juguetería... esquina Gallo al 300 y Corrientes al 5.ypico. Y bueno, barrio abasto minado de judíos, te distraés pensando lo bien que calsarían todos juntos en un cenicero. Hay Melany, sos una bestia, cómo vas a decir eso, blah blah. Cruzo el cemaforo horripilante ese, medio con el tipo rojo, que no sabes si está caminando o tratando de abrir el horno., medio que te insta a cruzar pero a la vez ves que el tachero hijo de puta no va a clavar los frenos cuando llegue a vos. y bueh, yo me mando. Ignoré que conocía en tanta profundidad a mi mamá y a mi abuela, y entré.
Ahora sí, mi segundo hogar, el loquero. El huequito ese en el que estamos todos re pirados, pero así, con esos códigos nos entendemos. ahí nadie es mejor que nadie, todos se impulsan entre todos a seguir, a tener confianza en uno mismo. No hay competencia, solamente ganas de compartir. Donde nadie te va a negar una pitada. Eh? no, no, nada que ver. Ahí, donde la mayoría vamos a cara de perro, y vemos como nos vamos transformando a lo largo del día, haciendo un parentesis totalmente indeleble entre las obligaciones, y esto que tanto nos moviliza y sensibiliza: la música.
Educación vocal. No es la materia que más sea de mi agrado, pero igual los debates delirantes en ronda nunca faltan.

Así que un par de horas después, sumergida todavía en esa especie de paz interior, tengo otra percepción de las mismas cosas. Caminar por corrientes rodeada de barbudos con kipás, el calorsito abrazador del subte, el aviso en los altavoces de "Esta formación a sido interrumpida por problemas mecánicos, a todos los pasajeros, por favor, tengan la amabilidad de descender por el vagón numero 1, ya que el resto de los mismos se encuentran trabados dentro del tunel". Ok, no, la concha de tu hermana, el mundo conspira en mi contra.
Ya con una resignación total con la vida, porque son las 5:30 y ni en pedo llego a casa a ver Friends, me busco un colectivo que me alcance a mi país de origen, o que me acerque, minimamente. Todos preguntaban lo mismo, así que me limité a escuchar conversaciones ajenas y seguir al rebaño. y bueh, un viajesito que hubiera hecho en 15 minutos en subte, se hace de una hora y media en el 91. Ahora sí, Ferrocarril Urquiza, este tiene más onda que el san martín. Aparte en este puedo usar la Sube. y bueh, vamos de nuevo... Lacroze, Artigas, Arata, Fco. Beiró,... acá es donde por lo general empiezo a cabecear contra la puerta que no se abre.. y digo, ma' se. ..... mhh... a ver, dónde estoy... Jorge Newbery... la puta que lo reparió, me pasé. Dag. Me bajo y me cruzo de anden con la sensación de ser una garompa total pegada en la nuca, y con la certeza de que Friends terminó.
Ya es de noche, y no estoy taaaaaan lejos de casa. Hace un frío helado,vengo caminando rapidiiiiiito por dante, que es por la que hay menos chorros. El mapa de Bosch es como un buscaminas de 10x10, pero con 90 bombas...
ya está, es mi barrio, estoy en mi salsa. Pongo la llave en la cerradura soltando una bocanada de aire a modo de suspiro, agradecida de que la travesia llegó a su fin. EL felpudo de "Bienvenido" parece desprender dulces motas de sonido acordes a la situación, o capaz inhalé demasiado smog y su efecto prolifera durante varias horas... no lo sé.
El calor interno me abraza de manera acogedora, relajando mis contracciones musculares y el rojizo de mi naríz entumecida. Todo parece haber cobrado otro matiz.
Sin embargo, hay algo siniestro en la quietud interna de mi hogar... algo alarmante hace que me tensione a la espera.
Nada.
Me decido a vencer esa inescrupulosa pantalla creada entre mis cavilaciones internas y la cocina a grandes zancadas. 2, 3, 4. Está vacía.
Dirígí una mirada de soslayo al refrigerador, todavía no muy segura de querer o no hacerlo...
El arrepentimiento fué inmediato. Una sacudida violenta desde el estómago me recorrió el cuerpo. Ya era inevitable.
Sobre la fachada del freezer, colgando de dos imanes con forma de pokemon había una nota cuyas palabras eran muy precisas:




"en el táper ese tenés los fideos de anteayer. besos"

Fideos otra vez... NOOOOOOOOOOO!

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