martes, 14 de febrero de 2012

Dermografismo

No te se decir bien en qué momento de la vida me empezó a pasar, de chica, claro está, por eso lo tengo asimilado como una parte más de mí, naturalizado, que más que molestarme me sirve para entretenerme a veces, y explicársela con literales gráficos a los curiosos a los que le llama la atención.
Me surgen una especie de ronchas exageradas ante un contacto suave con la piel, ya sea de uñas, un cierre, buzo, un cachetazo en joda, o un beso de alguien con barba. Se extiende y contagia por la superficie de la piel una especie de urticaria, rojiza en el centro, y más blancuzca por los bordes, que suele traer una cierta picazón, y a veces se ve agravada por factores emocionales como estrés, nervios y preocupaciones.
Los cambios climáticos también la afectan, ya que suelen salir algunas ronchas después de salir de la ducha, o si se sale de un lugar calefaccionado al viento crudo del invierno.
Es realmente molesto, ya que, como mencioné anteriormente respecto de las personas con barba (? produce cierta desfiguración e hinchazón en la cara. Sin embargo, pasa a ser un espectáculo freak en el momento en que amigos ya familiarizados con el asunto prosiguen a dibujar cicatrices HarriPotterianas en la frente, o arman un tablero de ta-te-ti en mi brazo.
En algunos exámenes se pueden anotar algunas cosas, ya que se mantienen en relieve durante casi media hora.
No tiene cura. Hay varios tratatamientos (con bastántes problemas secundarios innecesarios...) que lo aplacan por un tiempo, pero cuando este se termina, vuelve a resurgir con la misma vehemencia rubicunda ante estímulos breves.
Es una reacción bastante graciosa. En este caso es literalmente que la piel, con su propio idioma, habla por si sola.

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