domingo, 13 de marzo de 2011

Por vos me quedé sin más motivos para llorar.

Te debía una canción... y acá estoy. Casi, casi la termino. Lástima que no vas a escucharla. Lástima que me acordé un poquito tarde, ahora que ya cualquier cosa que te diga no va a tener el mismo valor. Siempre tuviste la razón, y sé que lo sabes. Es algo que nunca te negué. Los motivos que tenía para justificarme eran demasiado inútiles y poco creíbles, pero en su momento fueron reales. Hoy refuto todo lo que fuí ayer.
Sigo teniendo la garganta llena de palabras que nunca te dije.
La sensación de opresión en el pecho ya estaba muchísimo antes de que aparezcas, y era algo que daba por sentado. Ese día fué raro, no me convencieron del todo, pero igual me dejé arrastrar a ese lugar. Te miré de lejos y me pareciste algo imposible. Despreocupado, simple, cálido, alégre, cómico. Me sentía demasiado invisible hasta que me di cuenta de que me viste.
Trataba de olvidarme de lo mal que me sentía en el tiempo que estaba con vos, aprovechando las tántas carcajadas que me sacabas. Y al poco tiempo fué así sin que me de cuenta. Eras una vía de escape. Se me iba pasando, me iba curando a medida que creía que vos podías cuidarme. Me sacaste de un pozo. Me mostraste miles de cosas que nunca iba a poder apreciar sola. Bah, me mostraste como era, y me ayudaste a ser lo que quería ser. Me hiciste demasiado bien.
Yo, sin embargo, no. No podía conmigo. Por ende, no podía con nadie más. Y como si fuera poco, no eras solo vos. En menos de 6 meses me enterre hasta el cuello en una red de mentiras, en la que no podía moverme sin cagarle el día a alguien. Lo más triste, es que todo fué por voluntad propia. No fué maldad, sino estupidez. Algo tán fácil y lógico, en su momento fue lo más trágico de las tragedias. La tristeza no era un sentimiento, era un estado, reforzado por capas y capas de culpa. Fuiste mi reactivo de neuronas, pero todo lleva un proceso (mucho más complicado en una adolescente de 14 con problemas de sociabilidad y de autocriterio)... negarlo, admitirlo, darse cuenta, recalcular unas cuantas veces... Sabía que en todo ese tiempo te estaba perdiendo. Pero seguía en StandBy. Hablaste miles de veces, pero no conmigo, con una pared que no emitía respuesta alguna. Las palabras solas no sirven, lo que cuenta son los actos (frases de tu autoría que sigo conservando xD). Mis actos llegaron con un retraso importante.
El momento en el que ví que no estabas más ahí para juntar mis pedazos y volver a pegarlos, fué lo que me hiso crecer. Poner en la balanza lo que hiciste, lo que hicieron. Lo que sirve y lo que no.
EL verdadero punto es que lo que me quedó de vos dobló todo lo que pensaba. Entendí qué quería, qué buscaba, que nada era tán malo como yo lo veía. Entendí que podía amarte, alejarte, cansarte, y podían pasar mil cosas, pero que como sea, ibas a seguir siendo un amigo. Por vos me fuí olvidando de las maneras más inteligentes para mentir; por vos me quedé sin más motivos para llorar. Aunque hoy no estás como antes, por mi culpa, y porque el tiempo pasa y nos obliga a cambiar y a elegir; pese a todo seguis haciéndome dar cuenta de que puedo contar con vos. Gracias, yo sé que vos sabés.
De más está aclarar lo que te amo adoro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario