jueves, 11 de agosto de 2011

Soñar hasta enloquecer

Ya sé que el sol sale igual, que el mar no se detendrá, que los amantes siguen amando...

Tengo demasiados problemas. Tengo problemas cada vez que quiero acceder a mi cuenta de google. Tengo problemas de conexión, inalámbrica la del modem, y cerebral. Tengo problemas con la llave de calle, es torpe, se retuerce sobre sí como negándose a ceder y deslizarse rotativamente en sus dos vueltas en el lúgubre agujero de la cerradura. Se toma MI tiempo, la puta que la parió. Tengo problemas con todas mis mascotas. Todas mueren o quedan con alguna parte de su cuerpo mutilado por razones completamente ajenas a mi conocimiento. Tengo una gata albina que ahora parece un doberman. Tengo tos. Coff, Coff. Tengo una tasa de café en la mano, pero el médico me lo prohibió, al igual que el chocolate, los picantes y el mate. Y me la puede sobar con el estetoscopio. Tengo que ir a salvar el millón con susy, no puede ser que los hijos de puta estos no sepan que el teatro ópera no tiene cúpula, la concha de su madre. Tengo la vista desenfocada, tipo con sueño. Tengo que terminar de estudiar lo de química, petroleo, petroleo, aver, el petroleo básicamente es una mezcla de pastitos y un dinosaurio muerto y licuado que quedó pegado en el piso y después la ya sabia naturaleza lo tapó con tierrita (porque no había diario). Y las refinerías me la soban en tres dimensiones.
Tengo consciencia de que la lamparita de la cocina está quemada, pero cada vez que entro (aproximadamente unas 7 u 8 por hora) la quiero prender. Tengo que terminar el monólogo, que vengo haciendome la pelotuda porque ahora me da cagaso ir a presentarlo. Tengo que terminar, o más bien, empezar los libros de las olimpiadas de literatura. Está ausente el criterio, el impulso voraz que antes me dominaba para decir "esto" o "aquello". Tengo que decidirme, o suprimirme junto con mis proyecciones. Tengo que presentar las sonatinas de Clementi y Schubert, pero no tengo tiempo de sentarme al piano en paz. No hay paz acá. No puedo remediar el descontento de la pobreza de las circunstancias,pero tampoco sustraerme de estas mínimas fatalidades. Me jode.
Me encantaría contar con esa rara capacidad para posicionarme simultáneamente en planos distintos, para interpretar ángulos, observar minuciosamente, y poder chorear sin que me vean. A demás, me parece en cierto modo simbólica la cadena de pensamientos que estoy narrando, como si fuera una breve reseña de lo que basicamente va formando los capítulos de mi vida, que nunca voy a dejar de ser esa sustanciosa aleación de "Si hubiera hecho" y "debería"; quejas e inconformidades, que hace, pero jamás lo suficiente para contentarse. Como si mi cuerpo necesitara reafirmar estas desvariadas yuxtaposiciones, se me acalambra el pie, así, ese tiron medio desgarrador en la pantorrilla. Es una manera de avisarme que nunca voy a poder quedarme tranquila con algo. Igual, no pasa naranja.
Tengo un Gnomo que juega al buraco, por ahí, atras de mis esferas oculares. Todas las noches este tipo se sienta y va pasando hojas con toda la información procesada y narrada en el día... Este tipo desestima sin perjuicios a las ideas más suicidas, las monótonas, y las que incluso esclarescidas por la luminosidad de su olla de oro que se encuentra detras de el arcoíris de psicósis que el ácido lisérgico le causa. Todo eso al canto de "mierda, mierda, mierda, hija de puta, blogger frustrada, hacé lo de química, hacé lo de química, te van a cojer" ♫♪

Solo que en mí todo da igual.

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