martes, 11 de octubre de 2011

honestamente

Estaba absorta, sumida en la concentración que me demandaba elaborar el ensayo para literatura sobre Cortázar.
W. se sentó al lado mio, en silencio, a acompañarme. Me pasaba mates cada tanto.
-Ché, y... la extrañas?
-No sé.
Puso en marcha el auto para acompañar a S. a su casa. Me quedé sola, con esa pregunta revoloteándome de punta a punta. Como negándome a dejar brotar al torrente de emociones que me causó la pronunciación de esas palabras. Como salteándome algo totalmente obvio. Algo que está siempre latente en la cada vez más gruesa costra de mi amargura.
Sí. Extraño absolútamente todo.
Me escocían los ojos. Me senté en el piano, y toqué una de mis canciones favoritas... Good enough... I feel good enough for you... And I'm still waiting for the rain to fall, pour real life down on me, 'cause I can't hold on to anything...
No, no iba a llorar.
Kiss the rain, se presta a eso... pero es tán hermoso que me da placer tocarlo... me da una nostalgia muy dulce que me arranca cualquier pensamiento que no tenga que ver con la melodía armoniosa... demasiado cursi, pero preciosa en sí.
Hacía 5 minutos que había escuchado la puerta de calle. Lo había escuchado subir las escaleras, e incluso sentía su respiración atrás de la puerta clancel. Con un suspiro, me levanté del piano. Automáticamente entró. "Te estaba escuchando, te estaba escuchando" canturreó.
Le devolví la sonrisa, y acepté completamente complacida su abrazo. De alguna manera, era lo que me sostenía ahora. Lo que hacía que me mantenga en una sola pieza sin desintegrarme en fragmentos de polvo.
Pero dejos de nostalgia, una diferente, cargada de reproches, preguntas, espinas,... se interpolaron detrás de mis párpados, forzando para salirse.
Retener, retener, retener. Alguno de estos días la laseración va a ser tan violenta, que no va a darme lugar a recobrar el control.
Tengo el alma hecha pedazos, y a partir de acá, no me hago cargo de nada

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